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kontratiempo

Olas

Olas

Cómo llegué a un punto de mi vida en el que no lanzo botellas, no lo sé. 

Me cansaría, supongo, de que se hundieran en el mar, de que nadie abriera los mensajes.  Pero es infinitamente más dulce no esperar que nadie nade hacia ti, sin más ayuda en el naufragio que tus propios brazos, tu respiración entrecortada y ya no anhelante de otros alientos.

Ahogarse sola, apenas el sol bronceando la piel de un cuerpo que no tiene otro futuro que el mañana que no llega, que el hoy que se eterniza en olas de un mar sin sal.

Todo es nuevo en este día.

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